Por: El Abogado del Pueblo
Faltaba más, no podía ser de otra manera: el galán de las telenovelas y favorito priista a la Presidencia, Enrique Peña Nieto, salió a la defensa de su presidente de partido, el cacique coahuilense Humberto Moreira, pobrecita e inocente palomita acusada de endeudar con 34 mil millones de pesos al Estado que gobernaba, y de pasadita falsificar documentos para conseguir al menos 5 mil millones de pesos en créditos.
No debe extrañar la defensa de Peña al cacique Moreira, recordemos que en el 2006 encubrió, tapó y exoneró a su antecesor y mentor Arturo Montiel, contra quien surgieron en su momento acusaciones fundadas de enriquecimiento inexplicable al frente del Gobierno del Estado de México.
A raíz de su divorcio de la francesa Maude Versini, y el pleito por su fortuna, trascendió que Montiel y sus hijos poseían propiedades e inversiones por cientos de millones de dólares.
Lo cual no obstó para que Peña lo defendiera a capa y espada dejando impunes totalmente los abusos del ex Gobernador, sus familiares y sus colaboradores.
Por ello decimos: si ante la abrumadora evidencia que surgió contra Montiel, Peña lo encubrió, la bronquita que trae con Hacienda el presidente de su partido, Moreira, y la falsificación de documentos, así como el destino opaco de ese inmenso gasto, resulta algo insignificante para el Galán Peña, lo cual lo lleva a echarle el hombro a quien será -si sigue en el puesto- el estratega y organizador de su precampaña y de su posible carrera presidencial.
¡Solidaridad partidista a prueba de todo!
Él, Peña, ha de pensar que con su apoyo irrestricto a Moreira está fortaleciendo al partido y mostrando su lealtad (y sapiencia política).
Tanto Montiel, como él, como su tío Alfredo del Mazo y su primo favorito, Alfredo del Mazo Jr. (con quienes llegaría al poder), pertenecen al famoso Grupo Atlacomulco, fundado por el Profe Hank González, padre del Alcalde de Tijuana, Jorge Hank Rhon, y hombre muy acaudalado.
A este grupo político muchos apodan "Atracomucho", por aquello de que varios de sus miembros entraron como políticos pobres al servicio público y salieron como prósperos (muy prósperos) empresarios.
Entre ellos (los pertenecientes al "Atracomucho") el servirse mutuamente de tapadera es considerado requisito sine qua non para la membresía.
Decíamos: Peña siente genialidad política su apoyo a Moreira, mas en realidad lo que está haciendo es convirtiéndose en cómplice de lo que hizo -o no hizo-Moreira en Coahuila, como lo es también de Montiel, que por más exiliado que lo tengan (supuestamente en Luxemburgo) al pueblo no se le olvida el escándalo de su fortuna mal habida.
Como ya estarán enterados, amigos, un grupo plural de coahuilenses acaba de presentar ante la Cámara de Diputados una solicitud de juicio político contra Moreira por la contratación ilegal de créditos.
Por lo anterior, y la pluralidad de la Cámara, y la poca simpatía que este cacique jurásico genera en los priistas progresistas de deveras, y por supuesto en la Oposición, nos atrevemos a vaticinar que éste -el de Moreira y el abuso del poder- no será un tema que, en vísperas de elecciones, vaya a superarse ni pronto ni rápido.
Y mientras este tema siga ocupando a la opinión pública, estará patente el respaldo de Enrique Peña Nieto a Moreira, y lo que éste hizo y representa.
En consecuencia, quedará transmitido el mensaje de que Peña compagina y se identifica con Moreira, que comparte sus valores y su forma de hacer política.
Lleva ya cuando menos un par de años Peña encabezando las encuestas gracias a la campaña incesante (mas no gratuita, sino pagada con el dinero de los ciudadanos del Estado de México) a favor de él que llevan los medios electrónicos, de manera que desde hace un buen rato llegó Peña a su ZENIT de popularidad.
A Peña ya no le queda opción de crecer su preferencia, ya topó, sino antes al contrario: para él la única opción es ¡PARA ABAJO!
Y con estas genialidades que se le están ocurriendo de mostrarse afín a las viejas formas chicharroneras y atrabancadas de hacer política hagan de cuenta que Peña se ha propuesto quitarse puntos de popularidad él solito, ¡sin que sus rivales muevan un dedo!
Mientras, incluso dentro del mismo PRI, su rival, el Senador Beltrones, se muestra serio, habilidoso, con buenas propuestas y como todo un estadista.
Aunque sea remoto, no está para descartarse un escenario en el que juntos, como aves del mismo plumaje, ¡Moreira y Peña Nieto se vayan al despeñadero juntos!
Y aunque no sea así, este capítulo sórdido de un maridaje político insensato sin duda le abre una rendija de competitividad a la Oposición.
fricase@elnorte.com
Información de www.elnorte.com
Tweet |
No hay comentarios:
Publicar un comentario