MÉXICO, D.F. (apro).- La controversia sobre la presunta compra de votos descarriló el deseo del candidato presidencial del PRI-PVEM, Enrique Peña Nieto, de aprobar este mismo año reformas importantes, entre ellas la laboral, de acuerdo con el diario The Wall Street Journal.
En una nota firmada por Nicholas Casey, el influyente periódico estadunidense subrayó que “la clase de enojo” que se vio en las manifestaciones del fin de semana pasado “podría amenazar la legitimidad de Peña Nieto entre muchos mexicanos que recuerdan bien la larga historia de reales y supuestos fraudes electorales” perpetrados por el Revolucionario Institucional.
Además, consideró que la resistencia de la izquierda a aceptar los resultados genera dudas sobre si el exgobernador del Estado de México representa realmente una nueva versión “del antiguo partido autocrático”, que ha sido “ampliamente acusado de manipular elecciones para mantenerse en el poder”.
The Wall Street Journal apuntó que si bien varios analistas han señalado que los alegatos probablemente no serán suficientes para cambiar los resultados de la elección del pasado domingo 1, Peña Nieto “no será capaz de romper con la reputación de compadrazgos del PRI ni de impulsar el ambicioso programa ideado para impulsar la estancada economía” de México.
Según la nota, el equipo de Peña Nieto tenía la esperanza de que, en una sesión legislativa extraordinaria, lograría aprobar reformas importantes, en particular la laboral, pero la controversia sobre la presunta compra de votos que interpuso la izquierda hizo caer esas ilusiones.
“Teníamos la intención de impulsar la reforma laboral ya bastante avanzada, pero insistir enviaría a grupos de trabajadores radicales a manifestarse”, dijo un asesor del candidato presidencial citado por el rotativo.
Añadió que “esa ventana de oportunidad se cierra para no provocar a la izquierda y generar más protestas en las calles”.
El asesor no identificado aseguró que aún esperan promover reformas en septiembre, antes de que el presidente Felipe Calderón deje el cargo, pero después de tener una nueva conformación del Congreso.
De acuerdo con la nota de Nicholas Casey, la controversia también ha erosionado la confianza de los ciudadanos en la joven democracia del país porque “las acusaciones resuenan entre los mexicanos, muchos de los cuales recuerdan el gobierno de 71 años del PRI”.
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